Robaron en una escuela y le prendieron fuego
NO QUEDO CASI NADA. Las llamas destruyeron el mobiliario y gran cantidad de documentación.LA GACETA / OSVALDO RIPOLL
Dos ladrones ingresaron en el establecimiento ubicado en Famaillá. Cuando huían se enfrentaron a tiros con un vecino. Los daños son cuantiosos.
Dos delincuentes incendiaron una escuela en Famaillá luego de haber robado objetos desde el interior. Los ladrones no pudieron llevarse nada, ya que cuando escapaban fueron interceptados por un vecino, con quien se enfrentaron a tiros. El ataque se produjo en la escuela 197 San Gabriel, ubicada en el paraje conocido como Kilómetro 99. La dirección y varias aulas del establecimiento quedaron destruidas por el fuego y gran cantidad de documentación se perdió. “Los legajos del personal, las libretas de los chicos y otras documentaciones son ahora cenizas”, dijo Rosa Roldán, una auxiliar de la escuela. Los vecinos se quejaron de la falta de seguridad. Según la descripción que dio Alfredo Arrieta, a quien los ladrones le dispararon, los vándalos son menores de edad. No se descarta que sean alumnos del establecimiento.Una escuela de Famaillá fue destruida por el fuego tras un robo
PRUEBAS DEL ATAQUE. La pared del frente del establecimiento quedó ahumada y agrietada por el fuego.LA GACETA/ OSVALDO RIPOLLVandálico ataque. Los ladrones, que serían menores, se tirotearon con un vecino que pretendió detenerlos
CONCEPCION.- No se conformaron con robar, sino que, además, decidieron destruir el establecimiento educativo. Un vecino del paraje Kilómetro 99 de Famaillá enfrentó a tiros -en la madrugada de ayer- a dos delincuentes que llevaban en dos carretillas un televisor, una computadora y un centro musical que habían robado en la escuela 197 San Gabriel.
Los ladrones, que lograron escapar, habían generado un enorme incendio en un amplio sector del local educativo. La dirección quedó completamente destruida por las llamas. También se convirtieron en cenizas documentación del personal y de los alumnos, muebles, televisores, un centro musical y otros elementos. El fuego, que también alcanzó a un sector de aulas, destruyó casi totalmente los sistemas de electricidad y de provisión de agua potable. Los 150 alumnos de la escuela ahora no tienen dónde recibir clases.
Los malvivientes, que serían menores, iniciaron su incursión cerca de las 4.30 de ayer. A esa hora la mayoría de los vecinos estaba durmiendo, excepto Alfredo Arrieta, que vive al fondo de la escuela. El hombre madrugaba para ir a trabajar en la cosecha del limón. Fue él quien vio a dos sujetos que salían de la escuela con dos carretillas cargadas con un televisor, una computadora y un equipo musical. “El les gritó y enseguida estos respondieron con disparos de armas de fuego. Entonces él sacó de su casa otra arma de su pertenencia y les respondió para intimidarlos. Los tipos salieron corriendo. A una carretilla la tiraron al canal y a la otra la dejaron abandonada más adelante”, comentó Juan Manuel Rocha, otro vecino que salió a apoyar a Arrieta. Después de que los ladrones desaparecieron, el fuego comenzó a tomar fuerza en la escuela. “Gritamos a todos los vecinos para que ayuden a apagar las llamas. Algunos salieron con baldes. Pero poco se pudo hacer porque en la escuela habían destruido la bomba de agua. Los bomberos llegaron casi una hora después”, apuntó Rocha.
Los vecinos estaban indignados. “Es inadmisible que hayan provocado tanto daño. No se conformaron con robar y tuvieron que destrozar la escuela, a la que tal vez vaya alguno de sus familiares. Esto tiene que ver también con la falta de vigilancia policial que sufrimos aquí. Antes, cuando éramos unos cuantos vecinos, había una comisaría con tres policías. Ahora, que somos muchos más, no tenemos nada”, advirtió Cristina de Rocha.
“Hace cinco años sufrimos un robo. Entonces los ladrones se apropiaron de un televisor, un centro musical y otras cosas que después la Policía recuperó. Lo que ocurrió ahora es muy grave porque el daño es irrecuperable. Los legajos del personal, las libretas de los chicos y otras documentaciones son ahora cenizas”, dijo, angustiada, Rosa Roldán, una auxiliar de la escuela.
Según el jefe de la comisaría de Famaillá, comisario principal Félix Romano, los datos que pueda suministrar Arrieta serán vitales para el esclarecimiento del ataque. “Nos llama la atención que los ladrones no hayan ido sólo a robar, sino también a destruir”, apuntó Romano. Las carretillas estaban en la misma escuela y pertenecían a obreros que trabajaban en una obra de ampliación del edificio. (C)
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