domingo, 31 de agosto de 2008

EN TUCUMAN CADA VEZ MENOS JOVENES PUEDEN ESTUDIAR UNA CARRERA UNIVERSITARIA

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extraido de:LAGACETA.COM <----

Ir a la Universidad es un privilegio en el interior

Esta producción forma parte de una iniciativa de la Red de Diarios de Periodismo Social.


Menos del 10% de los estudiantes que ingresan a la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) provienen del interior de la provincia. Tucumán cuenta con cuatro universidades, dos de ellas privadas. La UNT registra 67.000 alumnos entre las distintas facultades. Anualmente ingresan entre 15.000 y 20.000 jóvenes; es decir que de ese total, sólo unos 1.500 residen en el interior. Sin embargo, no implica que el resto sean todos tucumanos; una buena proporción corresponde a alumnos de otras provincias, de Bolivia o de Perú. Según los datos que aportó el secretario de Bienestar Universitario de esa casa de altos estudios, Ramiro Moreno, la proporción de alumnos del interior es mínima en la representación global estudiantil, básicamente, debido a las condiciones socioeconómicas.



Razones determinantes


“Hay dos razones determinantes que limitan el acceso a estudios superiores universitarios de los chicos del interior: la situación económica y la falta de desarrollo social de sus comunidades, por un lado, y el factor cultural, por el otro”, aseguró Moreno. Hizo hincapié en la falta de transporte en numerosas zonas alejadas de la capital, y en algunas ciudades donde la UNT pudo llegar abriendo institutos de pregrado y dos carreras de corta duración, como Kinesiología, en Monteros y Enfermería, en Aguilares. Sin embargo, son las únicas opciones para los jóvenes que no pueden viajar a la capital para estudiar otras carreras. Además, en ninguno de esos establecimientos se puede recibir una población masiva de estudiantes.


La falta de transporte obliga a los estudiantes del interior que desean seguir estudios universitarios a instalarse lejos de su familia, para estar cerca de los centros universitarios. Sin embargo, para la gran mayoría esto es imposible a causa de los altos costos que significan el traslado y el alquiler de una pensión o departamento. Se calcula que sostener el estudio de un solo hijo en la Universidad exige una disponibilidad de más de $ 1.000 mensuales para pagar pensión, comida y transporte.


Moreno indicó que hay una gran expectativa de quienes terminan el secundario respecto de poder llegar a un nivel superior y recibirse con un título profesional.



Población triplicada


En los últimos cinco años la población estudiantil del secundario se ha triplicado, dijo la ministra de Educación, Silvia Rojkés de Temkin. Explicó que una de las causas de esta demanda es que se han construido más escuelas secundarias en el interior y en las ciudades que rodean la capital, como Tafí Viejo, Banda del Río Salí y Yerba Buena. Esto generó que haya más egresados de escuelas públicas en el interior que en la capital, donde los colegios privados tienen la supremacía de los estudios secundarios. En consecuencia, se trata de alumnos que cuentan con mayor facilidad para seguir una carrera universitaria. La directora de Educación Media del Ministerio de Educación, Silvia Núñez de Laks, adelantó a LA GACETA que este año egresarán de las escuelas secundarias estatales 5.027 alumnos, de los cuales 2.927 provienen del interior y 2.100 son de la capital.


La funcionaria reconoció que de ese total son muy pocas las familias que pueden pagar estudios universitarios a sus hijos.


El otro motivo por el cual se hace imposible estudiar en la capital una carrera universitaria radica, fundamentalmente, en que hay localidades en las que directamente no hay medios de transporte diarios. Y en otras más cercanas a la capital, incluso, tienen problemas debido a que las pocas líneas de ómnibus que hay no convergen en las zonas donde se ubican los centros universitarios, por lo que los estudiantes deben tomar dos ómnibus para llegar a clases.


Y finalmente lo que limita las aspiraciones de los jóvenes del interior tiene que ver también con el nivel cultural del grupo familiar, cuyas expectativas se asientan en la necesidad de que los hijos terminen el secundario -antes se conformaban con el primario- y consigan trabajo lo más pronto posible.



Aulas virtuales


Para achicar la brecha entre quienes pueden acceder a una educación de nivel universitario y entre los que no pueden hacerlo, algunos profesionales sostienen que un camino compensatorio puede ser utilizar las nuevas tecnologías disponibles.


Moreno opina que una de las propuestas en las que está interesado el rector de la UNT, Juan Alberto Cerisola, es la de instalar carreras virtuales en lugares en donde es difícil llegar con herramientas, docentes e infraestructura reales.


“En países del primer mundo y en muchos de Latinoamérica, el 80% de los estudiantes universitarios y que realizan maestrías, posgrados y doctorados no asiste a clases en un edificio, sino que lo hace desde un aula virtual. Incluso, serviría para que muchos jóvenes que dejaron sus carreras a medio camino por la necesidad de trabajar, obtengan su título universitario a través de la Universidad virtual”, reconoció Moreno.



Más demanda


En ese sentido Laks indicó que a partir de este año, muchas más personas concluirán el secundario a través del programa Fines que va a posibilitar que más de 100.000 personas completen su secundario o rindan las materias adeudadas. Esto implica que en dos años, podría haber más demanda de carreras universitarias.


Moreno dijo que la Universidad ya está dedicada a programar el futuro próximo: llegar con su oferta a la mayor cantidad de personas que quieran seguir estudiando. En tal sentido, puso énfasis en la formación docente en cuanto a las nuevas tecnologías, a fin de poder dar respuestas a una sociedad que quiere estar mejor preparada para el mundo en que vivimos. “Es un derecho y hay que garantizarlo”, agregó.


Pocos jóvenes del interior de la provincia pueden estudiar una carrera universitaria

La falta de transporte público accesible y continuo y los altos costos que implica instalarse en la capital son las principales dificultades. Algunos chicos se resignan a ser docentes, aunque sus aspiraciones sean otras. En la UNT, menos del 10% de la matrícula anual corresponde a estudiantes del interior. Alternativa: aulas virtuales


Los jóvenes que viven en el interior de la provincia enfrentan serias dificultades para ingresar a la Universidad. Esta problemática fue analizada por LA GACETA junto a los diarios que conforman la Red de Periodismo Social, y es uno de los tantos inconvenientes que afectan a la juventud argentina. En Tucumán, la falta de transporte público en numerosas ciudades del interior atenta contra las aspiraciones de miles de jóvenes. En los pueblos rurales la única opción es ser docente. Para instalarse en la capital se deben afrontar altos costos de alquiler y comida. Menos del 10% de la matrícula anual de la UNT corresponde a estudiantes del interior: no llegan a los 1.500 de los 20.000 ingresantes. El tema preocupa a las autoridades de la UNT y ya están analizando una alternativa: la educación virtual, instalada en la mayoría de los países europeos, en EEUU, y en algunos de Latinoamérica. En 2008 egresarán del secundario alrededor de 2.900 chicos del interior y otros 2.100 de la capital.

KILOMETROS A PIE. En varias ciudades del interior, la falta de transporte público atenta contra la formación y contra las aspiraciones de miles de estudiantes tucumanos. LA GACETA/OSVALDO RIPOLL


Un alto porcentaje de alumnos recibe alguna beca

La Nación, la Provincia y la UNT ofrecen ayudas económicas de entre $ 100 y $ 250 por mes.

La UNT, el Ministerio de Educación de la Nación y el Gobierno de la Provincia cuentan con un programa de becas para estudiantes universitarios, no sólo para facilitarles el ingreso a la Universidad, sino para que puedan finalizar sus estudios. Además de las becas nacionales, que rondan los $ 250 o más mensuales -dependen de un presupuesto anual, dijo la directora de Becas de la UNT, Claudia Causín-, el rectorado de la UNT destina parte de su propio presupuesto para ayudar a los jóvenes con becas de $ 100 o más por mes, e incluso cada facultad o escuela universitaria cuenta con partidas para compensar gastos de transporte por alrededor de $ 70 mensuales.
De hecho, la Facultad de Educación Física mantuvo habilitado por muchos años -hasta que comenzaron a otorgarse las becas- un desayunador para los chicos del interior que tenían que quedarse hasta la tarde para las clases prácticas, para evitarles un gasto mayor. Actualmente, el 40% de los 1.600 alumnos que estudian la carrera de Educación Física son del interior y gozan de becas estudiantiles del Ministerio de Educación de la Nación o del Rectorado de la UNT o de la provincia, según indicó el decano Mario Abaca.
El Gobierno provincial, por su parte, ayuda a los estudiantes universitarios a fin de que puedan concluir sus estudios o iniciarlos. El secretario de Planeamiento, Julio Saguir, dijo que llevan pagadas 9.300 becas para universitarios y 3.300 para alumnos del terciario no universitario, y ambas incluyen a ingresantes. “El 35% de los becarios de la provincia en el ámbito universitario es del interior; mientras entre los alumnos terciarios, los beneficiarios del interior llegan al 64%”, indicó.

Los problemas en el sur, según “La Opinión Austral”



En la Unidad Académica Río Gallegos, de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral, ingresan un promedio anual de 1.000 estudiantes en una veintena de carreras, pero logran obtener sus títulos alrededor de 40 . Por otra parte la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) Unidad Académica Río Gallegos tiene una matrícula actual de 40 estudiantes en las dos carreras de Ingeniería en Organización Industrial e Ingeniería Electromecánica y la nueva Tecnicatura en Seguridad Vial. La Fundación Demos ofrece la carrera de Abogacía, con modalidad a distancia, por convenio con la Universidad Nacional de La Plata- Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales. Con una matrícula actual de 50 estudiantes, unos 8 están próximos a recibirse. Desde su inicio en 1994 (FUPAU), se titularon al menos seis abogados. Otras ofertas a distancia, corresponden a convenios con las universidades Nacional de Salta y de Belgrano, con carreras como Contador Público Nacional, Relaciones Internacionales, Administración de Empresas, Producción Agropecuaria. Según datos del Ministerio de Educación de la provincia, egresan del Polimodal o secundaria alrededor de 2.000 estudiantes. Y en Educación Superior no universitaria estudian unos 1.484 aproximadamente para los distintos profesorados. La Universidad Nacional de la Patagonia Austral (UNPA) cuenta con un albergue con capacidad para 28 estudiantes que viven fuera de la capital, y les cuesta $ 200. Alquilar un departamento (entre $ 500 a $ 600) o monoambiente (1.200 a 1.500 pesos) se hace imposible. No todos pueden trabajar. Hasta que esté equipado el albergue, deben costearse la comida ( $ 120 a $ 150 quincenales). Sólo en fotocopias gastan $ 90 por materia .

Clases de apoyo para alumnos de 5º año del secundario




El Ministerio de Educación de la Nación con el apoyo de las universidades nacionales de todas las provincias, entre ellas, la de la Universidad Nacional de Tucumán, dictará un curso intensivo para apoyar a los alumnos que estén cursando el último año del secundario o del Polimodal en escuelas estatales. La propuesta se enmarca en la necesidad de ofrecer a los jóvenes del último año de la secundaria una posibilidad de mejorar su tránsito al nivel superior. Las clases se dictarán a lo largo de nueve encuentros, que tendrán lugar los sábados por la mañana y durarán cuatro horas. Los interesados deben informarse sobre el inicio del curso en la secretaría de Bienestar Universitario, Ayacucho al 400, frente al Rectorado.


El carácter del curso es optativo y gratuito y estará a cargo de profesores de nivel secundario, superior y de universidades nacionales. Se estructura sobre la base de tres ejes de trabajo: lectura y producción de textos literarios, no literarios y comprensión de información matemática. La dinámica del curso es con talleres y se distribuirá material en cada jurisdicción. El objetivo es fortalecer, a partir de los aprendizajes logrados en el nivel, la práctica de la lectura como experiencia subjetiva; la lectura de textos literarios, interpretación, discusión de hipótesis, problemas específicos que plantea la lectura. Además, el desarrollo del pensamiento crítico a partir de la comprensión de textos complejos en torno de algunas temáticas relevantes del campo científico, social y cultural. Que continúen desarrollando el gusto por la producción de textos de invención y amplíen el desarrollo de habilidades de escritura. Resolución de problemas, y discusión sobre información en textos científicos.


Los jóvenes se frustran por la falta de transporte

La mayoría de los jóvenes del interior dice que la falta de medios de transporte y económicos atenta contra cualquier aspiración de la juventud. Opinan que una solución podría ser que el Estado instale viviendas para quienes viven lejos de la capital o que la UNT habilite anexos de carreras en sus comunidades


A DEDO. La falta de transporte en zonas rurales obliga a los jóvenes a viajar inseguros, o a mudarse a la capital enfrentando gastos que no pueden pagar. LA GACETA/OSVALDO RIPOLL


CONCEPCION.- Las limitaciones económicas y la distancia son los factores que determinan que más del 50% de los alumnos que egresan todos los años de escuelas públicas secundarias del interior tucumano, no puedan seguir estudios universitarios en la capital.
La cifra de jóvenes frustrados es mayor en las comunidades del extremo sur de la provincia y los Valles Calchaquíes: ahí apenas entre un 5 y 10% puede acceder a la universidad. Es lo que surge de una consulta que efectuó nuestro diario en distintos establecimientos educativos de nivel medio de la zona.
De acuerdo con estimaciones hechas por los estudiantes de esta ciudad, actualmente estudiar en la UNT viajando todos los días, les representaría alrededor de $50 diarios. Es decir unos $1.100 por mes, sin contar los gastos de libros e indumentaria.
En las ciudades del interior, el 70% de los estudiantes que estudian en escuelas públicas del nivel medio, proviene de familias con ingresos no mayores a los $ 2.500. Sus padres se desempeñan en la administración pública, en empresas privadas y en actividades independientes. La alternativa de conseguir un departamento o una pensión para compartir alivia un poco los gastos, pero igualmente los costos siguen siendo inalcanzables para los hijos de asalariados, quienes en el mejor de los casos logran ingresar y rendir algunas materias de primer año, pero luego deben abandonar.
“En nuestro curso menos de la mitad de los 40 alumnos que somos está en condiciones de seguir estudios en la UNT. La cuestión económica conspira contra las aspiraciones de muchos de ser profesionales. Creo que ya es hora de que el Estado atienda este problema”, dijo Fabricio Juárez, estudiante de la ENET de esta ciudad.
-¿Cuál sería la solución?, se les consultó a los alumnos.
“Creo que en la capital se podría crear una casa comunitaria para los jóvenes del interior que demuestren interés por seguir estudios superiores”, opinó Juárez. “La otra salida más complicada es crear una universidad estatal en el interior”, apuntó Roberto Arrieta, del mismo establecimiento .
El anexo local que tiene la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) es una opción para la mayoría de los estudiantes; sin embargo, sólo dictan hasta el 3º año; los otros dos años hay que hacerlo en la capital. “Aquí se dictan tres carreras: ingeniería electrónica, informática y mecánica, pero hasta el tercer año únicamente. Después hay que seguir en la capital.

Dejan a mitad de carrera
Así las cosas sólo unos cuantos pueden terminar sus estudios. El resto, por dificultades económicas, hace la mitad de la carrera”, indicó el joven. “Hay promesas de que en los próximos años se van a dictar carreras enteras aquí. Ojalá que sea cierto. Por lo menos se comenzó a construir el edificio propio, que parece que será bastante amplio”, indicó por su parte Luis Herrera. Las carreras de Artes Plásticas, Enfermería y de Asistente Social que dicta la UNT en Aguilares, se convierten en una alternativa de estudio para cientos de jóvenes del interior. A estas se suman la de Kinesiología en Monteros. Sin embargo, los estudiantes que van a egresar reclaman otras que respondan al nivel de demanda actual, tales como arquitectura, ingeniería o medicina.
El magisterio, los profesorados y algunas tecnicaturas son las opciones de estudios principales que disponen los egresados del nivel medio de las zonas del extremo sur de la provincia y los Valles Calchaquíes. “De unos 50 alumnos que terminan el secundario aquí, unos 4 o 5 pueden trasladarse a la capital a estudiar en la universidad. Los demás nos tenemos que conformar con estudiar algún profesorado en La Madrid, que está cerca. La cuestión económica no nos permite soñar con un título profesional”, comentó Luis Marcelo Sosa, de la Escuela Media de Taco Ralo.
Luis quiere ser ingeniero civil, pero al no tener recursos económicos está resignado a estudiar un profesorado.

Promover fuentes laborales
“Esta zona es como un pueblo fantasma. Casi no hay trabajo, y la pobreza bloquea cualquier aspiración. Por eso todos los jóvenes con ganas de progresar queremos escapar de aquí. Todo queda muy lejos”, sostuvo el muchacho.
“El único cambio posible en esta zona es a través de la promoción de fuentes de trabajo y la creación de carreras que se relacionen con las actividades agrícolas y ganaderas de esta zona” apuntó. En Amaicha del Valle los jóvenes festejan la creación el año pasado del Instituto Terciario, anexo Tafí del Valle, que dicta el magisterio y dos tecnicaturas en economía y agronomía. Hasta el año pasado debían trasladarse a Santa María, Catamarca, para estudiar.

Aspiración muy lejana
La universidad es una aspiración muy lejana para la mayoría de los jóvenes que concluyen el Polimodal.
“En la capital sólo pueden ir a estudiar los que tienen parientes con casa o una buena posición económica, pero estos son apenas unos pocos. Por eso aquí casi nadie tiene título universitario. Hay mucha capacidad en la juventud, pero pocas alternativas de estudio”, observó Juan Mamaní, un joven del lugar.
Manuel Quinteros, ex cacique de la comunidad indígena de la zona, dijo que siempre se analizó la idea de gestionar un anexo de la Universidad Nacional de Tucumán, pero nunca se avanzó en la gestión. (C)



Falta una política universitaria justa, afirma “El Ancasti”


La realidad de los chicos del interior que llegan a la ciudad capital para estudiar es durísima desde el mismo momento de la partida. Se enfrentan a dos problemas fundamentales: la falta de un alojamiento y la ausencia de una política positiva para el otorgamiento de becas. Hay dos opciones: el albergue universitario, muy pequeño y con poquísimas posibilidades para alojar a estudiantes. La otra opción, es la fundación "San Juan María Goretti", una ONG que sobrevive con donaciones de la gente, y que alquila una casa para alojar chicas del interior. La realidad de esta fundación también es dura: hace un mes dijeron que no podían pagar el alquiler, de 650 pesos, porque no alcanzaba la plata. Y no reciben un peso del Gobierno, pese a que hubo un compromiso. Es decir que gran parte del fracaso, o la deserción de los estudiantes se debe a las escasas posibilidades económicas de pagar un departamento o una pensión. En el mismo análisis, la universidad carece de un comedor para estudiantes. Se hicieron intentos de abrir uno, de mantenerlo, pero fracasaron. Tampoco hay biblioteca. La que había, de la UNCA, cerró por cuestiones que aún no están muy claras. No hay presupuesto tampoco para arreglarla o abrir otra. Es decir, los chicos tampoco tienen un lugar donde pedir un libro y sentarse a leer. Y para colmo de males, el sistema de becas para estudiantes está sospechado de beneficiar en la mayoría de los casos a parientes y amigos, en vez de a quienes las necesitan verdaderamente. El diario “El Ancasti” indica que no hay datos certeros acerca cuál es el porcentaje del fracaso académico, pero asegura que los estudiantes abandonan por la ausencia de medios económicos y de políticas universitarias que los contengan.

Los jóvenes del sur tienen pocas opciones

El diputado José Ignacio García Hamilton reiteró su pedido de que se cree una Universidad del Sur. Una necesidad para el desarrollo

Menos del 10% de los jóvenes del sur que están en condiciones de seguir estudios superiores concurre a las cuatro instituciones universitarias de la región. Tres de ellas dependen de la Universidad Nacional de Tucumán: el Instituto Multidisciplinario de Aguilares; el Instituto Universitario de Artes Plásticas y el Instituto de Kinesiología. La cuarta es el Anexo Concepción de la Facultad Regional Tucumán de la Universidad Tecnológica Nacional.
La oferta es por demás insuficiente, ya que sólo 200 de los 1.500 egresados del secundario cursan estas carreras.
Cuando se habla del sur de la provincia se entiende la región comprendida por los departamentos de Famaillá, Río Chico, Chicligasta, Monteros, Simoca, Juan Bautista Alberdi, La Cocha y Graneros, que tienen 310.000 habitantes según el Censo Nacional de 2002.
La población que termina el secundario debe satisfacer sus aspiraciones concurriendo a centros alejados de su lugar de residencia, en la capital, y sólo en los casos en que cuentan con los recursos económicos que permitan el traslado.
El diputado nacional de la UCR José Ignacio García Hamilton presentó un proyecto a fin de que los institutos de nivel universitario que ya existen sirvan de base para constituir la Universidad Nacional del Sur, atendiendo a la necesidad de la zona. De crearse tal establecimiento, también se beneficiarían los jóvenes de localidades limítrofes de Santiago del Estero y de Catamarca.
“Las circunstancias económicas impiden el masivo desplazamiento de miles de estudiantes hacia centros universitarios, situación que genera inequidad además de restringir el progreso de la zona y de ahondar la crisis social y educativa, lo que actúa como un factor más de subdesarrollo, a pesar del esfuerzo realizado desde 1985 por la UNT”, dijo García Hamilton. Añadió que, además de los institutos ya existentes, la futura universidad del sur puede ofrecer nuevas facultades, escuelas, departamentos, centros, institutos o áreas académicas de investigación o de extensión, de acuerdo a la necesidad educativa y productiva de la población. Cabe recordar que se trata de una zona agrícola e industrial.

Se inscriben y luego abandonan, señala “El Tribuno”



Unos 7.500 chicos se anotaron este año para estudiar en la Universidad Nacional de Salta, pero las estadísticas de la casa de estudios anuncian que al menos un 30% no logrará terminar el primer año, y una minoría llegará a obtener el título.
Las dificultades económicas aparecen como uno de los principales impedimentos para terminar, no ya la carrera, sino el primer trimestre y hasta el primer mes de cursado. En el grupo de los que no terminan el primer año están los que ni siquiera llegaron a comenzar las clases porque se dieron cuenta de que no podrán sobrellevar los gastos.
En un período de 18 años, se inscribieron 75.035 personas y egresaron 3.882; apenas el 5 %, según los datos aportados por la Secretaría Académica de la casa de estudios. Los más perjudicados por la situación económica, son los estudiantes del interior de Salta, que significan el 13 % de los ingresantes 2007en la UNSa.
Los que pueden tienen que trabajar para costearse el alquiler, el transporte y la comida. Según un relevamiento de “El Tribuno”, las rentas en los alrededores de la universidad subieron entre un 40 y un 50 por ciento, entre 2007 y 2008.
Las habitaciones en Castañares y Parque Belgrano se pagan desde $ 250 por mes, y se pueden conseguir más baratas en barrios, pero en ese caso se agregan gastos de transporte. Las casas cuestan desde $ 650, en adelante. Un estudiante que debe comer al mediodía en la universidad de lunes a viernes necesita 160 pesos más por mes, solamente para el almuerzo, ya que un menú puede costar 8 pesos en el comedor del complejo universitario. A esto hay que sumar el colectivo ida y vuelta por jornada.


La inflación causa deserción, sostiene “Los Andes”

La situación económica y la inflación generaron la disminución de estudiantes del interior que buscan viviendas , pensiones o departamentos . El diario “Los Andes” plantea que los costos de la inflación han erosionado las finanzas de los padres, y que los hijos terminan viviendo incómodos con algún pariente; hospedándose en “pensiones de mala muerte”, o vivir hacinados ocho, en un departamento para cuatro.
El panorama económico empuja a los jóvenes a terminar en sitios improvisados, sin seguridad ni cobertura médica y desconociendo a la persona con la cual van a compartir una habitación, indicó la trabajadora social de la Dirección de Accción Social de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo), Silvana Vegas.
“Duermen y comen mal, no tienen espacios para estudiar; algo que va en ditremento de su salud mental”, añadió Virginia Roggerone, otra de las trabajadoras sociales de la universidad.
Los alquileres en Mendoza aumentaron entre un 20 y un 30 por ciento: un lugar de dos ambientes, con una sola habitación, ronda en promedio los 800 pesos que, con impuestos y expensas llega a un total de $ 1.000. La opción no es menos dificultosa: las piezas en casas de familia cuestan entre $ 300 y $ 350. El Colegio Público Inmobiliario de Mendoza aseguró que desde hace seis meses, ha disminuido la demanda de estudiantes que buscan departamentos o casas para quedarse a estudiar.
Santiago Debé, quien a su vez es vicepresidente de la Federación Inmobiliaria de la República Argentina, apuntó a la inflación como la principal causa que atenta contra el acceso y permanencia de los jóvenes en la Universidad.



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